GASTRONOMÍA / PUCHERO CANARIO
El Puchero canario, como la mayoría de los cocidos españoles, es, por sí mismo, un menú completo. Sobre todo, cuando con su caldo se prepara una sopa de primero y, luego, se acompaña de un buen escaldón de gofio. Se trata de una de las ollas más completas de la culinaria nacional, sin duda, por su apabullante contenido de hortalizas y exóticos productos vegetales, aunque las fórmulas varían, claro está, en consonancia con los materiales de que disponga el cocinero o el ama de casa en cada momento. Aquí brindamos un puchero clásico, pero que puede prepararse, sin reparos, exactamente igual en ausencia de sus ingredientes.
Elaboración:
En un caldero grande con agua en la que se habrá puesto un chorrito -apenas nada- de aceite, se ponen, cuando empieza a hervir, los trozos de carne con el chorizo y el tocino. Media hora después, más o menos, echamos los garbanzos y los trozos de piña de millo. Cuando comprobamos que estos dos últimos productos van enterneciéndose, sumamos al conjunto las habichuelas (judías verdes), la col y las zanahorias (hay quien en este momento también pone un ramito, atado, para poder sacarlo luego, de yerbas: tomillo, laurel y hortelana, pero eso va en gustos y resulta innecesario).
Han de pasar otros veinte minutos al menos para agregar la calabaza, los bubangos (calabacines) y las peras. Y ya, un poco después, las batatas y las papas. Unos minutos antes de retirar el puchero del fuego, se aromatiza con un majado compuesto por azafrán, ajos y comino. A esta operación se le llama " templar" el puchero y es fundamental para su autenticidad.
Ingredientes: