MADRID / AGENCIAS / SERVIMEDIA
El Senado debatirá el próximo miércoles si admite a trámite una proposición de ley para que la fobia a las personas pobres o en exclusión social, la aporofobia, sea considerada como un delito de odio tipificado en el Código Penal, como ya ocurre con la xenofobia, el racismo o el antisemitismo.
La aporofobia es aún un neologismo -palabra de reciente creación-, y fue acuñado hace sólo unos años por la filósofa Adela Cortina. Tan reciente es que la Real Academia Española no la recogió en el diccionario hasta diciembre de 2017, de forma que la violencia y el odio ejercido hacia las personas pobres tan siquiera tenía un término que lo definiera hasta entonces.
Ahora, Unidos Podemos ha elevado una iniciativa para que pase del diccionario al Código Penal, de manera que la violencia hacia las personas sin hogar o aquellos sin recursos económicos sea considerada un delito de odio, al mismo nivel que la xenofobia o el odio hacia las personas con discapacidad.
“Hasta ahora, los tribunales mayoritariamente se limitaban a tratar las agresiones de este tipo como delitos de lesiones, salvo algunas excepciones en las que se ha aplicado como un delito contra la integridad moral”, según explicó el grupo parlamentario de Unidos Podemos en el Senado.
Esta iniciativa pretende reformar el artículo 22.4 del Código Penal, que pasaría a definir los delitos de odio como aquellos que se dan por “motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que pertenezca, su sexo, orientación o identidad sexual, razones de género, razones de aporofobia o de exclusión social, la enfermedad que padezca o su discapacidad”.
NEOLOGISMO DEL AÑO
Tras elegir escrache en 2013, selfi en 2014, refugiado en 2015 y populismo en 2016, la Fundación del Español Urgente (Fundeu) -que coordinan la RAE y la agencia EFE junto a BBVA- optó el año pasado por la aporofobia como palabra del año 2017, un término de nuevo cuño que alude, sin embargo, a una realidad social “arraigada y muy antigua”, según la fundación lingüística.
La palabra fue acuñada por la catedrática española de Filosofía Adela Cortina, que lo empleó en varios artículos de prensa en los que llamaba la atención sobre llamar xenofobia o racismo al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino “porque son pobres”.
Este término se acabó incorporando al Diccionario de la Lengua Española y ya en septiembre del año pasado, el Senado aprobó una moción para que la aporofobia constara como circunstancia agravante en el Código Penal.