SOBRABA, Y REAFIRMA UNA CREENCIA EXTENDIDA
Estoy en contra de las algaradas, de los insultos y de las faltas de respeto entre los políticos, y en general entre las personas, pero eso no quita para que sienta vergüenza ajena y no poca decepción, cuando veo a un diputado de Podemos haciendo un elogio público sentimentaloide a uno del PP en el Congreso, sin que tuviera que ver con lo que se estaba tratando (casi le faltó darle un beso y llorar un poco de emoción).
Sinceramente, me parece muy desacertado por parte de Alberto Rodriguez, por varias razones, la primera porque sobraba en público. Si se lleva bien con el diputado se lo puede decir en privado, pero no ahí, dado que los diputados no suben a la tribuna del Congreso para el colegueo, para el buenrollismo o para piropearse, están para hacer política para la ciudadanía.
Este buen rollo público solo reafirma una extendida creencia que dice que los políticos una vez que entran en la élite de los sillones son todos iguales, al margen del partido al que pertenezcan. Lo vimos con Pablo Iglesias y su superchalet y lo vemos ahora con gestos como estos.
¿Acaso se ha preguntado el señor Rodríguez cómo puede sentarle su peloteo al del PP a un canario pobre bien jodido por las políticas antisociales del PP? Me da que no reparó en este detalle, y creo que no se lo iba a tomar nada bie. Para mí esto es mucho más triste porque el diputado ha sido activista social y además es de Tenerife -y seguimos repitiendo eternamente la pleitesía del canario hacia el señorito peninsular-. Porque por muy buena persona que sea el señor del PP, su altura moral y ética no se intuye muy grande cuando sigue participando de un partido tan corrupto y alejado de los intereses de la ciudadanía, y solo por esto, lo de buena persona hay que ponerlo entre interrogantes.
En resumen, a mi modo de ver, sólo hay un caso en el que estaría justificado elogiar públicamente a un diputado del PP, cuando anunciara que abandona el partido por incompatibilidad con tanta mala forma de hacer política.
por Eloy Cuadra Pedrini, escritor