La Seriedad….
No hace mucho subí a mi perfil de Facebook, una de esas frases que suelo publicar los domingos que decía: ¡El tiempo de los demás no nos pertenece! Lo hice a raíz de haber sufrido el plante de un irresponsable desconsiderado.
Pues bien, el caso es que había quedado con alguien a petición suya y esperé unos quince minutos más de la hora convenida y como no aparecía, me marché. Todavía espero una llamada de disculpa. Una llamada porque encima, son tan cobardes que no son capaces de dar la cara.
“La seriedad”: Es una cualidad que se echa en falta, sobre todo, en estos tiempos donde a “Los Valores”, no se les da importancia.
Sería lamentable que generaciones futuras pudieran considerar a “la seriedad”, como una “cualidad extraordinaria”, que dicen que existió en otros tiempos. Al paso que vamos y viendo lo que hay…
De pequeño recuerdo escuchar: Fulano de tal es una persona seria, cumplidora y de la que puedes fiarte. Esa condición era tan importante para nuestros mayores, que rubricaban y sellaban cualquier compromiso con un apretón de manos. Se veía muy mal y se consideraba una total falta de respeto, no cumplir los compromisos o tener comportamientos inadecuados.
Algunos consideran que ser correcto y cumplidor, son características de debilidad personal. No les preocupa lo que digan de ellos, ni el deterioro que sufre la imagen personal con esas formas de actuar. Ser serio, no implica que tengas que ser desconsiderado, todo lo contrario, es una virtud que te abrirá muchas puertas en tu vida. “La informalidad” por el contrario, es una característica que marca negativamente a las personas.
La educación y la responsabilidad, son valores que encontrarás siempre en las personas serias, correctas. Ganarse la confianza y el respeto de los demás, no es fácil.
Los irresponsables, no reparan en las malas influencias que pueden llegar a trasmitir. Son individuos que marcan negativamente a las personas de su entorno y de forma muy particular, a los más pequeños de la casa.
A lo largo de “La Historia” podemos ver cómo los incumplimientos de compromisos y la irresponsabilidad, han provocado grandes conflictos sociales. Conflictos que se hubieran podido evitar mostrando algo de sentido común.
Como no es cuestión de dar lecciones a nadie, ni de ponerse como ejemplo de nada, sólo tratamos de denunciar comportamientos desconsiderados e inapropiados de personas que suponemos civilizadas.
Al final, es mejor un aplauso de reconocimiento por ser una persona correcta, a que te reprochen tu forma de ser. No es lo mismo que vayas por la calle y te vayan señalando, a que escuches alabanzas de ti, por ejemplo: Ese Sr. es una persona extraordinaria de la que puedes confiarte.
Hay personas tan irresponsables que a pesar de ser consciente de su informalidad, no hacen nada por corregir dichos comportamientos.
Viven metidos en constantes líos y mienten como bellacos. Así les va. Se inventan fantásticas historias, para dar sentido a sus vidas.
En fin, cuando intentas buscar las razones de tan poca seriedad, terminas convenciéndote que son personas con problemas patológicos graves.
Lo malo, es que al ser tan soberbios, no admiten que se les ayude.
De verdad, si alguien se reconoce por todo lo expuesto hoy, puede que haya sido una extraña coincidencia o que efectivamente hayamos dado en la diana. Todo es posible.
Francisco Toledo Martín