OPINIÓN/ Es difícil recrear un escenario peor a día de hoy para el turismo en España y en Canarias. Cuando arrancaba la temporada de invierno hace escasos meses, nos despertamos una mañana con la noticia de la quiebra de la segunda empresa más importante en el mundo en turoperación, Thomas Cook. Casi al mismo tiempo, y aprovechando que el Pisuerga pasaba por allí, la compañía aérea Ryanair decidió cerrar sus bases en Canarias, basándose en la escasa rentabilidad de las mismas. Como no hay dos sin tres -y por si todo esto no hubiera sido suficiente-, rondaba en el aire la amenaza del Brexit y la incertidumbre que generaba y genera, aún hoy, al no haberse formalizado estrictamente el acuerdo.
Tres tormentas casi perfectas, en un espacio corto de tiempo, habían azotado nuestra principal actividad económica, el motor de nuestra economía, el turismo.
Pero llegó la COVID-19 y mandó parar. El sector turístico a nivel mundial se ha detenido en seco, no ha quedado otra. Los aviones, los barcos, los rent a car, las agencias de viajes, los restaurantes, los comercios, los apartamentos, los hoteles y muchas más actividades no han tenido más opción que cerrar para evitar la propagación de la pandemia y las muertes que lamentablemente siguen produciéndose.
Este cierre, que no por obligado deja de ser necesario, ha dejado en el recuerdo aquellos primeros momentos en los que un hotel en el sur de Tenerife estuvo en cuarentena para evitar la propagación del virus. Muchos pensaron que aquella medida había sido excesiva, y se anunció incluso que se revisarían los protocolos para evitar situaciones si acontecía futuros casos. ¡Qué equivocados estábamos todos! No sabíamos que lo peor estaba por venir.
Ahora es el momento de ir pensando en como reactivar la economía. Ya se escuchan voces que anuncian que se debe evitar la dependencia del monocultivo del turismo, pero lo cierto es que, siendo deseable, la realidad es la que es y del turismo dependen muchos, muchísimos puestos de trabajo, y eso no se cambia así como así. El Gobierno de España y el de Canarias deben replantearse muchas cosas. Las medidas de urgencia son parches momentáneos para evitar un mal mayor, pero este virus pasará y el día después las empresas deberán reactivarse y volver a una actividad, aunque dicho retorno será lento y escalonado. No existe una única medida, un único remedio, nunca existe. Son muchas acciones y medidas de distinto calado las que harán que esto lo superemos. Pero se necesitarán medidas claras y concisas, sin letra pequeña, como en casos excepcionales después de una guerra han sido puestas sobre la mesa. Porque estamos en una guerra, no debemos tener ninguna duda de ello.
El FMI ha anunciado una caída del 8% del PIB para España este año y una tasa de desempleo del 20,8%. Mal pronóstico para nuestra economía. Lamentablemente, este es un año perdido para el turismo y, por lo tanto, para la economía canaria. Todos los informes, opiniones y estudios que han salido estos últimos días coinciden en afirmar que tal situación no se revertirá antes de finales de año, es decir en la temporada de invierno 2020 - 2021. Antes parece complicado, pero no debemos perder la esperanza de que así sea, pues de ello dependen muchas personas.
Parece que, por bien que vayan las cosas, es casi imposible una recuperación razonable del sector antes de que termine el año. Es el momento para plantearle al Gobierno de España financiar un ambicioso Plan de Renovación y Modernización del Turismo que España y Canarias necesitan. En estos años pasados se han hecho varias actuaciones por la renovación, pero es necesario una apuesta más decidida. De esta forma se daría al mismo tiempo un impulso al sector de la construcción y sectores vinculados a ella.
La pregunta es, ¿cuándo se reactivará el turismo? Parece que esto va para largo, dependiendo como depende de otros factores, no solo de la voluntad de los empresarios. Se deberán volver a abrir las fronteras y necesitaremos un transporte aéreo plenamente operativo en Europa, para que nuestros fieles turistas puedan venir. Si bien varios operadores empiezan a anunciar vuelos y paquetes para mediados de junio, no tiene dicha promesa más certeza que la del buen deseo de volver a normalizar la situación.
Nuestro fiel turista europeo volverá: Canarias ofrece no solo unas condiciones climáticas inmejorables, sino también una oferta variada de alojamientos para todos los gustos, y una siempre mal llamada oferta complementaria, que en nuestro caso es una oferta principal, que nos diferencia de otros destinos competidores en otras partes del mundo. No es el precio, es la relación calidad - precio lo que nos hace un destino líder en el contexto turístico, y si a eso le añadimos la profesionalidad y dedicación de todos los empleados que día a día hacen que el turista disfrute de sus vacaciones, tenemos el secreto del éxito de Islas Canarias.
Nuestro fiel turista europeo volverá, pero es imperioso dotar a las empresas y a los emprendedores de los estímulos y ayudas necesarias, para poder revertir en el menor tiempo posible esta situación, que ha cambiado la realidad del turismo y de la economía mundial.