SANTA CRUZ DE TENERIFE/ La presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, y el vicepresidente, Lope Afonso, mantuvieron un encuentro con 60 representantes de diferentes administraciones, entidades y colectivos, para «abordar las principales cuestiones relativas a la movilidad en Tenerife». Entre los colectivos no se encontraban ni sindicatos ni trabajadores de las empresas de transporte público.
Dávila declaró que «es un enorme desafío el enfrentar el gravísimo problema de tráfico que tiene la isla de Tenerife y no solamente hacerlo a medio y largo plazo, sino emplazar a los distintos agentes económicos y sociales a decir que hay soluciones que solo se pueden tomar de forma inmediata», obviando que su partido gobernó la isla durante los últimos 30 años, exceptuando los últimos cuatro años».
La realidad que se desprende del comunicado de prensa de la presidenta del Cabildo, ya conocida por su promesa de solucionar las colas de la isla en 90 días desde su posesión -algo que acaba el 1 de octubre-, es que el encuentro no fue más que una obra teatral para dejar claro que ‘algo se estará haciendo’.
Rosa Dávila declaró posteriormente a los medios, que se trabajaba en la «entrada escalonada al trabajo y guaguas lanzaderas para resolver el colapso». Pero al realidad es que los distintos actores sociales fueron los que plantearon posibles soluciones, sin que el Cabildo pusiera sobre la mesa ni una sola solución a los problemas de movilidad de la isla.
La realidad que debería conocer la nueva presidenta insular, es que el servicio de guaguas tiene un problema que proviene de una gratuidad del transporte público -que su partido impulsó- que no ha solucionado cola alguna, pero está sobredimensionando la demanda de guaguas y tranvías.
Fruto de esto, y para poder ofrecer el actual servicio el Cabildo de Tenerife que presidía el socialista Pedro Martín tuvo que alquilar guaguas a una empresa polaca y se contrataron nuevos conductores, todos ellos destinados al sur de la isla tras la explosión de demanda.
Fuentes sindicales de la empresa de guaguas indican que Titsa no tiene capacidad ahora mismo, debido a estos refuerzos por la gratuidad, de ofrecer servicios lanzadera como «propone» la presidenta, «ya que ni hay guaguas ni habemos tantos conductores».